4.9.14

senderos

él y yo nos elegimos
sin tambores ni trompetas
sin fuegos artificiales
             (sólo en los ojos y en la piel encontrándose sin buscarse)

se encendió el horizonte
más allá
se expandió como un suspiro de extrañarte
y permaneció la caricia
como un oboe antiguo bajo la epidermis
construyendo senderos de hormigas
              de montañas, valles y lunas

nos elegimos
hasta asfixiar la resistencia entre los labios
y parir latidos en la madrugada