Sabe
la ciudad su sombra suelta
deshabitar.
Un
grillo desdibuja los contornos
de
la infinidad.
No
ilustra el acordeón esa conciencia
sideral.
Ella
vendrá otra vez a demorarme.
Ella
vendrá.
veo estallar mis muñecos, veo el aserrín que les sale por los rasgos, deshaciéndose sin haber sido...(Fernando Pessoa)
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