Señora: -¿Hace mucho que te chupás el dedo?
Mamá del nene: -¡Uf! Siempre. Pero el hermano más. Él de vez en cuando, pero el hermano está todo el día con el dedo en la boca.
Señora: -Mi hijo se chupaba el dedo y se le puso blando, blando y se lo tuvieron que cortar, ¡schatchz!
Mamá del nene: -¿Viste? No tenés que chuparte más el dedo…
Señora: -Mi hijo lo tenía más largo que los otros…
Mamá del nene: -Sí, a él ya se le nota más largo.
Señora: -¿Y cómo te llamás?
Nene: -Martín
Señora: -Cuando empiece a escribir no va a poder chuparse más.
Mamá del nene: -¡No! Si escribe con la otra mano. Si no…
Señora: -Mi hijo se lo chupaba todo el tiempo y después, cuando cumplió cinco, dejó de chuparlo. Nunca más.
Mamá del nene: -La prima de él tiene doce y todavía se lo chupa.
(El doctor llama a la Señora. El nene seguro se sintió aliviado. Yo por lo menos sí.)
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