24.8.17

llegar

La noche trae deseos y ella tarda en llegar. Extrañarla es una parte bonita de quererla.
Regresé con la piel erizada, los ojos brillantes y las cosquillas maravillosas de desearla como a los diecisiete años. Entonces yo no lo sabía -y ella no había nacido- pero ya la deseaba sin que existiéramos en este mismo universo.
Elijo preguntarme sobre quiénes somos, juntos, cercanos, conectados. Y por qué. Alguna vez, me digo, exploraré el misterio de vernos infinitos y eternos desde antes de conocernos en esta vida… Y entonces ella entra en el auto, aromada de shampoo y deseo. Una chispa eterniza el beso pequeño del reencuentro, de extrañarnos, de ser de vuelta hombre y mujer sin más. Todo desaparece en la temperatura suave de sus dedos escribiendo amores entre mis cabellos. Nada más, torpes humanos, nada más que eso para ser feliz.

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