24.8.17

nido

Madrugada. Te has dormido sobre mi hombro con la tele encendida, tu mano pequeña anidando la mía. La observo mientras me asombro de que el nido seas vos, un nido en medio de mi cuerpo, yo te rodeo pero vos sos el nido. ¿sabrás que sos nido?
Como un contorsionista me voy acomodando alrededor de tu figura, casi sin rozarte. Mi mano sigue ahí en la tuya, siendo nido que anida.

Me entrego a nuestra magia inexplicable: te siento. Algo sucede en vos mientras dormís o existís más allá de los graznidos de la casa y sus habitantes. En tu nido hay luces, hay vientos, hay océanos e infinitos, todo aconteciendo en simultáneo mientras respirás dormida y yo te observo en mí. Me entrego a esos latidos, navego en tu claridad. Un instante de rendición ante tu luz que duerme, tal vez para que no lo sepas.

No hay comentarios.: